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Hello to all the members of this community! After a season in which my mind was somewhat agitated, I took a short vacation and now that I'm back, I've decided to start the week by joining the

proposed by @syllem, where we must tell some wonderful anecdote involving a stranger. In my case, I think I could tell several anecdotes, since I spent time during my twenties sharing with different people and I always learned a valuable lesson or memorable moments. However, I have decided to take one experience in particular, since it is one of the most unexpected and valuable gifts that a stranger has given me.

It turns out that, years ago, I met a fairly young and somewhat rebellious girl with whom I spent my free time. She had a difficult temper, so I did my best to cope with her. One day, she took me to her house and I met her father. The man was quite funny and eloquent, always mentioning that he didn't understand why his daughter had developed such a temper and always joked about it. In short, I liked the man a lot, and I continued hanging out with this girl.

As it turns out, one day we heard about some upcoming classes, and the girl wanted us to take the sewing class together. I had taken a basic sewing class where I had learned quite a bit, but it was possible I would get new tips from a different teacher. The thing was that the course was paid and I didn't have the means to pay for it. At that time, and luckily, in the town where I lived, I managed to find and take several pretty good free courses, but this course would be in the city and with payments that had to be made for each class.

When the girl's father found out about the course, he was very happy because he wanted his daughter to have an interest in something. When I told him I wouldn't take the course because I couldn't afford it, he offered to pay for it as well. I didn't want to accept, but I ended up doing so, as he mentioned that his daughter would surely be motivated if we did it together, so it seemed fair to me.

I was excited about the opportunity, but guess what? The girl only attended the first class and didn't want to return to the next one; in fact, she wasn't interested in returning. I had already come to terms with the fact that it would end there, but to my surprise, the man told me it didn't matter if his daughter didn't take the course; he would pay for it in full, because he had promised. I didn't want to accept it, but he insisted, telling me he was doing it because it was obvious I wanted to learn and he didn't mind paying for it.

So, every Friday afternoon, I would find the money to pay for the course, and on Saturday, I would go to class. The teacher always gave me a little extra money and told me it was so I could buy something for breakfast... I never used the extra money for that. It turns out the patterns the teacher gave out at the end of each class cost exactly what I had left, so I was able to get all the patterns.

So, I reinforced my sewing knowledge and got my patterns, finishing the course. When I told the teacher what I had done with the supposed breakfast money (because remorse got the better of me), he just laughed and told me I had done well. Showing him my certificate was special for me, because we both did our part. Now, I use the patterns every time I need to sew a piece of clothing, and I remember that time, as well as that man 😌

Thank you so much for visiting my post. I hope you found it interesting.

💚 See you next time! 💚

CONTENIDO EN ESPAÑOL

¡Hola a todos los integrantes de ésta comunidad! Luego de una temporada en la que mi mente se hallaba algo agitada, me tomé unas pequeñas vacaciones y ahora que estoy de vuelta, he decidido comenzar la semana sumándome a la

propuesta por @syllem, en donde debemos comentar alguna anécdota maravillosa que involucre a un desconocido. En mi caso, creo que podría contar varias anécdotas, ya que estuve un tiempo durante mis veintes, compartiendo con diferentes personas y siempre obtuve una valiosa lección o momentos memorables. Pero, he decidido tomar una experiencia en particular, ya que se trata de uno de los regalos más inesperados y valiosos que un desconocido, me ha hecho.

Resulta que, hace años, conocí a una chica bastante joven y algo rebelde con la que estuve pasando mis ratos libres. La chica tenía un carácter difícil, así que yo hacía lo mejor que podía para sobrellevarla. Un día, ella me llevó a su casa y conocí a su padre. El señor era bastante gracioso y elocuente, mencionando siempre que no entendía porqué su hija había sacado aquel carácter y se la pasaba bromeando sobre el asunto. Total que el señor me cayó muy bien y yo continué frecuentando a esta chica.

Resulta que un día, nos enteramos acerca de unos cursos que iban a realizarse y la chica quería que hiciéramos el curso de costura juntas. Yo había hecho un curso básico de costura en donde había aprendido bastante, pero era posible que obtuviese nuevos tips con una profesora diferente. El caso estaba en que el curso era pago y yo no tenía los medios para pagarlo, en ese tiempo y por suerte, en el pueblo donde vivía, logré conseguir y hacer varios cursos gratuitos bastante buenos, pero este curso, sería en la ciudad y con pagos que debían realizarse en cada clase.

Cuando el padre de la chica, se enteró de lo del curso, se puso muy contento, ya que quería que su hija tuviese un interés en algo y cuando le dije que yo no haría el curso, porque no podría pagarlo, él se ofreció a pagarme el curso también. Yo no quería aceptar, pero terminé haciéndolo, ya que él me mencionó que su hija seguramente se motivaría si lo hacíamos juntas, de modo que, me pareció justo.

Yo estaba emocionada por la oportunidad, pero ¿Qué creen? La chica sólo asistió a la primera clase y no quiso volver a la siguiente, es más, no le interesaba volver. Yo ya me había hecho a la idea de que todo terminaría hasta allí, pero para mi sorpresa, el señor me dijo que no importaba si su hija no hacía el curso, él me lo pagaría a mí por completo, porque lo había prometido. No quería aceptarlo, pero insistió mucho, diciéndome que lo hacía porque se notaba que yo quería aprender y no le molestaba pagármelo.

De ese modo, cada viernes por la tarde, buscaba el dinero para pagar el curso y el sábado, iba a las clases. El señor siempre me pasaba un poco más de dinero y me decía que era para que comprase algo para desayunar... Nunca usé el excedente de dinero para eso. Resulta que los patrones que la profesora ofrecía al terminar cada clase, costaban exactamente lo que me sobraba de dinero, de modo que pude obtener todos los patrones.

Así, reforcé mi conocimiento en costura y obtuve mis patrones, finalizando el curso. Cuando le conté al señor lo que había hecho con el supuesto dinero del desayuno (porque me ganó el remordimiento), el señor lo que hizo fue reírse y decirme que había hecho bien. Mostrarle mi certificado fue especial para mí, porque ambos cumplimos con nuestra parte. Ahora, uso los patrones cada vez que necesito coser alguna prenda de ropa y recuerdo esa época, así como a ese señor 😌

Muchas gracias por haber visitado mi publicación. Espero que les haya parecido interesante.

💚 ¡Hasta una próxima oportunidad! 💚

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