An afternoon with a lot of dark humor / Una tarde con mucho humor negro

When a place is incredibly cool, the possibility of going back there remains latent but not only in the mind, but actually programmed to do so. And so it was that last weekend we went once again to have a snack at the place that has recreated the Simpsons tavern.

This time, my son was the one who did his own thing, suggesting me to take pictures of him “for my posts” according to him, who has become a kind of assistant when we go out together, because after seeing me in creative mode, he tries to collaborate with his points of view.

I was surprised to see in him attitudes of mine, besides copying (or generating) situations similar to those that happen at home, so it is no longer only his brother who has a sense of humor similar to mine, but the younger one goes the same way.

I am not a conventional mom, and at this point, they both have points of comparison with those who can notice it too, and perhaps that is why, although peace does not always reign at home, since their adolescent outbursts sometimes generate strong arguments, they know how to take things with humor and solve the conflicts quickly.

We came up with a story that was a little bit of a stretch, but it worked visually, and we said "let's do it". In this case, he was the one who directed me as to the photos to take, while he acted as the model.

We started with the “It's” figure offering a red balloon to George, who was left wondering if he should accept or not, while my son quickly decided, being taken to the least thought place: the bar of Moe's tavern.

My little boy, who is already a fan of The Simpsons, dared to ask Moe for something at the bar, who refused to give him liquor because he was a minor, and although he got tired of insisting so much, morals prevailed in the famous bartender, who in the series does not seem to have many scruples.

Santa's helper, the dog of the most famous animated family watched him attentively, while he tried to drink from Barney's pitcher, who looked at him surprised at such audacity.

It was an afternoon in which we both laughed out loud, besides having a delicious and simple snack, while he gave free rein to his imagination.

Cuando un sitio es increíblemente genial, la posibilidad de volver ahí queda latente pero no solo en la mente, sino realmente programarse para hacerlo. Y fue así como el fin de semana pasado nos fuimos una vez más a merendar en el lugar que tiene recreada la taberna de Los Simpsons.

Esta vez, mi hijo fue quien hizo de las suyas, sugiriéndome que le tomara fotos "para mis post" según él, quien se ha convertido en una especie de asistente cuando salimos juntos, pues de tanto verme en modo creativo, intenta colaborar con sus puntos de vista.

Me sorprendí viendo en él actitudes mías, además de copiar (o generar) situaciones similares a las que suceden en casa, por lo que ya no es solo su hermano quien tiene un sentido del humor similar al mío, sino que el más pequeño va por el mismo camino.

Yo no soy una mamá convencional, y a estas alturas, ambos tienen puntos de comparación con los que pueden notarlo también, y quizás por eso, aunque en casa no siempre reina la paz, ya que sus arranques adolescentes generan a veces fuertes discusiones, saben tomarse las cosas con humor y subsanar los conflictos rápidamente.

Nos inventamos una historia un tanto atravesada, pero que funcionó visualmente, y dijimos "hagámosla". En este caso, fue quien me dirigió en cuanto a las fotos a tomar, mientras él fungía de modelo.

Comenzamos con la figura de "It´s" ofreciéndole un globo rojo a George, quien se quedó pensando en si debía aceptar o no, mientras mi hijo decidió rápidamente, siendo llevado al lugar menos pensado: la barra de la taberna de Moe.

Mi pequeño, quien ya es fan de Los Simpsons, se animó a pedirle algo a Moe en la barra, quien se negaba a darle licor por ser menor, y aunque se cansó de insistirle tanto, prevaleció la moral en el famoso bartender, quien en la serie pareciera no tener muchos escrúpulos.

Ayudante de Santa, el perro de la familia animada más famosa lo veía atento, mientras él trataba de tomar de la jarra de Barney, quien lo miraba sorprendido ante tal atrevimiento.

Fue una tarde en la que ambos reímos a carcajadas, además de merendar algo rico y sencillo, mientras él le daba rienda suelta a su imaginación.

Las imágenes de este post solo pueden utilizadas con la debida autorización de mi parte, así como su reproducción total o parcial.
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Foto/Photo by: @mamaemigrante
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