Entre lo bueno y lo malo.

Como bien lo sabes vivimos en un país predominante católico, desde que los nacen los niños las personas se preocupan por bautizarlo y comienza la según las escrituras del hombre para dominar al hombre, en donde esas escrituras involucran a un ser supremo como si eso que está escrito allí fue dicho por él, bueno no voy a entrar en esa diatriba religiosa, por favor es solo una opinión.

Desde que estamos niños no meten la religión en todos los aspectos, pero no me dirán ustedes que cuando niños, no se cuestionaban las cosas que están escritas allí, yo si me cuestione muchas cosas que las personas que leía ese libro lo interpretaba a su manera, y es allí donde más me cuestiono, desde niño siempre estaba la premisa que todo era pecado, y yo me preguntaba como puede ser pecado algo que ni siquiera yo he pensado, porque tengo que cargar con la culpa de algo que simplemente yo no hice, desde pequeño estaba ir a la iglesia todos los domingos y era obligado, adema de eso también en lo que se conoce como Semana Santa, era obligatorio ir toda la semana a la iglesia, después de grande comprendí muchas cosas, pero para no entrar en polémica esto no quiere decir que piense en Dios no creo en el pienso en él y es muy diferente pensar que creer, pero eso es para otro tema.

Desde niño yo podía ver como mis amigos o vecinos iban a la playa o iban al río, y de paso me invitaban para ir, y lo primero que escuchaba por parte de mi mamá, es usted no va, pero no en todo del chiste, eran en tono donde me decía que ir a la playa o al rio era pecado, en Semana Santa eso no se debe hacer, les diré algo que lo recalco de nuevo, como es que eso es pecado, si no estoy haciendo nada malo, después como también ya lo mencione comprendí de adulto el grado de manipulación que las personas antes tenían con respecto a la religión, siempre lo considere absurdo, pero como dice mi hija, cada quien con su creencia, en mí, siempre está presente algo que pongo en práctica todos los días absolutamente todos los días, y es algo tan pero tan simple, que tú y cualquiera lo puede hacer y eso me pone más cerca de dios en mis pensamientos, siempre hago el bien sin mirar a quien, y a pesar de que no soy perfecto lucho contra la predisposición de no hacerlo en algunos caso.

Hoy en día uno puede separar muy bien lo que es religioso y lo que es compartir un rato con la familia en un día de playa, y porque no, después de ese día de playa puedes acercarte a la iglesia o a la religión de tu preferencia para esta allí y escuchar la palabra del hombre hacia el hombre.

Como bien sabes la antes semana pasada en Venezuela y otros países fue celebrada la Semana Santa, por mi parte con mi familia fui un rato a la playa y otro a la iglesia, y eso no fue ningún pecado, porque estaba con mi familia respectando a mi semejante sin hacerle daño a nadie, así que estuve entre lo bueno como pasar un día en la playa a pesar de que algunos lo pueden considerar malo.

---

Between Good and Bad

We live in a predominantly Catholic country, where from birth, people worry about baptizing children. This marks the beginning of teachings shaped by human interpretations, often presented as divine scripture. While I won't delve into religious debates, this is merely an opinion.

From childhood, religion is embedded in all aspects of life. Many of us have questioned its teachings, especially the way people interpret sacred texts. One of the most common notions is that everything is a sin. As a child, I often wondered: How can something be a sin if I haven’t even thought about it? Why must I bear guilt for something I haven’t done? Attending church every Sunday was obligatory, as was participation in Holy Week rituals. As I grew older, I understood more, though this doesn’t mean I believe in God—I think about Him, which is different from believing, but that's another topic.

As a child, I watched my friends go to the beach or the river, sometimes inviting me along. My mother’s response was always firm: “You’re not going.” Her tone implied that going to the beach or river during Holy Week was sinful. Again, I asked myself: How could this be a sin if I wasn’t doing anything wrong? As an adult, I recognized the extent of religious manipulation in previous generations. Although I always considered this absurd, my daughter reminds me that everyone is entitled to their beliefs. Regardless of religion, I live by a simple principle: Do good without expecting anything in return. This daily practice brings me closer to God in thought, even as I acknowledge my imperfections.

Today, it is possible to distinguish between religion and quality time with family. One can spend time at the beach and later visit a place of worship, listening to a sermon from man to man.

Last week, Venezuela and other countries observed Holy Week. I spent time both at the beach with my family and at church, without feeling guilty. I respected others and harmed no one, experiencing both the good and the supposedly bad.