Warm hands / Las manos cálidas (ENG/SPA)
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The image is my own.
La imagen es de mi autoría.
(ENGLISH VERSION)
Here there are no mirrors, no critical glances. Only a genuine silence sometimes interrupted by a voice of fear. I can't visualize any figure or any color, as if everything had fallen into a void, as if I were somewhere else. I remember lying in bed very sick after the ball Oh? At the ball?
After all it's quiet here, except for those hands that touch me from time to time, a constant sound, like unperturbed clock hands. The space is wide, without walls, perfect for dancing without stopping, although I like the music very much. It is difficult for me to dance without music. What is that sound? It can't be. The ballad of my first audition, my feet go off by themselves. Someone kisses my forehead, invisible.
I don't know how much time I've spent dancing, between pirouettes and turns the music stopped, a metallic screech causes an eruption of nerves in my head. Something brushes my hand, a clatter and everything pauses, only the hands sound. The music returns, but it's not the same. My heart beats faster now.
I begin to be approached from all directions by intermittent alarm sounds, my heart stops, yet everything remains the same inside this large dark hall. Warm hands repeatedly push my chest, some time later a very strong electric shock shakes my whole body and the room is filled with light, then it fades very slowly, but the flash blurs my vision, already when I was used to so much darkness.
Kneeling on the floor I try to understand why I am here, alone. A new flash comes from my chest and my heart beats again, so loud, as if it were a metronome, then I dance to the beat of the rumbling, bam! and a step bam! and another step.
It's cold, I hug myself and I'm only wearing my tutu, so thin and thin, I shiver and writhe on the floor. I want to cry, I don't want to be here anymore. I have danced enough in this loneliness. Something holds my legs, as if they were very warm hands. The fingers of those hands run all over my body, I feel a terrible fear, and I lie motionless on the floor, full of frustration.
The warm hands begin to remove my tutu very slowly, a thin tongue brushes my lips and runs down my neck, until it reaches my navel. I don't want to be here anymore.
But the hands leave and something enters inside me, something very tense and rigid that causes me pain, with a frantic coming and going, as if it wanted to kill me, to tear my entrails. An agitated breathing overwhelms my left ear, like a buzzing, it suffocates me and makes me feel weak, as if I were a prey inside a pen. Everything ends.
I try to stand up, I try to dance and practice a few steps and I notice that the pain has been lessening, I fall to the ground and my feet disappear, I can't move my body, only my eyes. Several hands hold me and lift me up, then I remain standing and static, like those dolls that are inside their musical box. I stay like that for a long time.
I hear footsteps approaching and warm hands squeeze my hair, pull it causing me pain, embrace me and press me against the walls of the now very narrow room, getting smaller and smaller. I feel a whole body attached to me, the hands are just an extension of a strange being that kisses me many times on my ear and neck, that touches me everywhere, that being has me trapped once again and hurts me again and again in the same place, it feeds on me, I am its flesh.
My tutu is now all torn and glowing, faint white, flickering and glowing brighter and brighter. I open my eyes. I wake up in a hospital, the figures are getting blurrier, I can't speak. Then I feel warm hands on my chest, I return to the ballroom, this time without a tutu.
The text is my own.
(SPANISH VERSION)
Aquí no hay espejos, no hay miradas de críticas. Solo un silencio genuino a veces interrumpido por una voz de miedo. No logro visualizar ninguna figura ni ningún color, como si todo hubiese caído en el vacío, como si estuviera en otro lugar. Recuerdo que me acosté en una cama muy enferma después del baile ¿Oh? ¿En el baile?
Después de todo aquí es tranquilo, excepto por esas manos que me tocan de vez en cuando, un sonido constante, como de manecillas de reloj imperturbables. El espacio es amplio, sin paredes, perfecto para bailar sin parar, aunque la música me gusta mucho. Para mí es difícil bailar sin música. ¿Qué es eso que suena? No puede ser. La balada de mi primera audición, los pies se me van solos. Alguien besa mi frente, invisible.
No se cuánto tiempo he pasado bailando, entre piruetas y giros la música se detuvo, un chillido metálico provoca una erupción de nervios en mi cabeza. Algo roza mi mano, un estruendo y todo se pausa, solo las manecillas suenan. La música regresa, pero no es igual. El corazón ahora me late más aprisa.
Me comienzan a abordar por todas las direcciones intermitentes sonidos de alarma, mi corazón se detiene, aun así, todo sigue igual dentro de este gran salón oscuro. Unas manos cálidas empujan repetidamente mi pecho, tiempo después una descarga eléctrica muy fuerte estremece todo mi cuerpo y la habitación se llena de luz, luego se va desvaneciendo muy lentamente, pero el destello nubla mi vista, ya cuando estaba acostumbrada a tanta oscuridad.
De rodillas en el suelo intento comprender por qué estoy aquí, sola. Un nuevo destello me sale del pecho y mi corazón late nuevamente, tan fuerte, como si fuese un metrónomo, entonces bailo al compás del retumbar, ¡pam! y un paso ¡pam! y otro paso.
Hace frío, me abrazo y solo tengo puesto mi tutú, tan delgado y fino, tiemblo y me retuerzo en el suelo. Quiero llorar, no deseo estar ya aquí. He bailado suficiente en esta soledad. Algo sostiene mis piernas, como si fuesen manos muy cálidas. Recorren los dedos de esas manos todo mi cuerpo, yo siento un miedo terrible, y sobre el suelo quedo inmóvil, llena de frustración.
Las manos cálidas comienzan a quitarme el tutú muy lentamente, una lengua fina roza mis labios y baja por el cuello, hasta llegar al ombligo. Ya no quiero estar aquí.
Pero las manos se van y algo entra dentro de mí, algo muy tenso y rígido que me provoca dolor, con un ir y venir frenético, como si quisiera matarme, rasgarme las entrañas. Una respiración agitada abruma mi oído izquierdo, como un zumbido, me sofoca y me hace sentirme débil, como si fuese una presa dentro de un corral. Todo termina.
Intento ponerme de pie, intento bailar practicar unos pasos y noto que el dolor ha ido atenuándose, caigo al suelo y mis pies desaparecen, no logro mover mí cuerpo, solo mis ojos. Varias manos me sostienen y me alzan luego quedo parada y estática, como esas muñecas que están dentro de su caja musical. Quedo así por un largo tiempo.
Escucho pasos acercarse y las manos cálidas estrujan mi pelo, lo halan causándome dolor, me abrazan y aprietan contra las paredes de la ahora muy estrecha sala, cada vez más pequeña. Siento un cuerpo entero pegada a mí, las manos son solo una extensión de un ser extraño que me besa muchas veces en el oído y en el cuello, que me toca por todas partes, ese ser me tiene atrapada una vez más y me lastima una y otra vez en el mismo lugar, se alimenta de mí, soy su carne.
Mi tutú está ahora todo rasgado y brilla, con un color blanco tenue, parpadeante y cada vez brilla con más fuerza. Abro los ojos. Despierto en un hospital, las figuras se va haciendo más borrosas, no consigo hablar. Entonces siento las manos cálidas sobre mi pecho, regreso al salón de baile, esta vez sin tutú.
El texto es de mi autoría.
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