Philosophy in our life / La filosofía en nuestra vida (eng-esp)

Hello, friends of @holos-lotus.

From my personal experience, I can assure you of one thing: philosophy is not a subject confined to textbooks, but rather one of the most practical tools I use every day.

Its main value, for me, is that it has taught me to reflect deeply.
With it, I have learned to systematically question what I took for granted and to challenge my own beliefs in order to generate new knowledge.
It's not about destroying everything I know (or think I believe), but rather about examining it, making sure it's solid. Philosophy has trained me to think for myself, to not repeat other people's ideas without first conducting a critical examination.
In a world increasingly filled with noise and opinions, this analytical ability is invaluable.
It's my most sincere opinion.

This discipline (philosophy, of course) has provided me with an analytical framework to understand the world in a clearer and more orderly way.
By studying how different thinkers have addressed life's major problems, I've been able to develop a kind of internal compass that guides my decisions.
I no longer act solely on impulse or inertia. Now I analyze options, consider the consequences, and always choose based on rationality. This doesn't eliminate uncertainty, of course, but it does allow me to navigate it with greater awareness.
Philosophy, my friends, is a constant invitation to live deliberately, to not simply go with the flow.

One of the most important mandates I draw from philosophy is the constant search for truth.
This, ironically, is not an absolute and unattainable truth, but rather an honest approximation of reality, free from dangerous self-deceptions and personal biases.
This search is intrinsically linked to personal improvement. By striving to think more clearly and act more consistently, I have inevitably become a more whole and conscious person.
I am now improving as an individual because philosophy demands that I become a better version of myself.

Finally, and perhaps most crucially, philosophy has provided me with the tools to understand myself. Through the introspection it fosters, I have been able to more accurately identify my potential and, also, my limitations.

This self-knowledge is not an exercise in narcissism, but a practical necessity. Only by knowing who I truly am, with my strengths and weaknesses, can I situate myself in my place in the world and inhabit it fully and meaningfully.

My self-concept determines how I relate to others, how I approach my projects, and how I face challenges.
Philosophy has helped me build a solid identity and a sense of purpose, giving me the clarity to understand my place in the world and the courage to occupy it.
Without it, my life would be a reaction to external stimuli; with it, it is a construction of reasoned facts with which I forge my destiny.

Leer en español

Hola, amigos de @holos-lotus.

Desde mi experiencia personal, hay algo que puedo asegurarles: la filosofía no es una materia encerrada en los libros de texto, sino una de las herramientas más práctica que uso a diario.

Su principal valor, para mí, está en que me ha enseñado a reflexionar de manera profunda.
Con ella he aprendido a cuestionar sistemáticamente lo que daba por sentado y a poner en duda mis propias creencias para poder generar nuevos conocimientos.
No se trata de destruir todo lo que sé (o creo creer), sino de examinarlo, de asegurarme de que es sólido. La filosofía me ha entrenado para pensar por mí misma, para no repetir ideas ajenas sin antes realizar un examen crítico.
En un mundo cada vez más lleno de ruido y opiniones, esta capacidad de análisis es invaluable.
Es mi opinión más sincera.

Esta disciplina (la filosofía, claro) me ha proporcionado un marco de análisis para entender el mundo de una manera más clara y ordenada.
Al estudiar cómo diferentes pensadores han abordado los grandes problemas de la vida, he podido desarrollar una especie de brújula interna que me guía en mis decisiones.
Ya no actúo solo por impulso o por inercia. Ahora analizo las opciones, considero las consecuencias y elijo siempre con una base racional. Esto no elimina la incertidumbre, por supuesto, pero sí me permite navegarla con mayor consciencia.
La filosofía, amigos míos, es una invitación constante a vivir de manera deliberada, a no simplemente dejarse llevar por la corriente.

Uno de los mandatos más importantes que extraigo de la filosofía, es la búsqueda constante de la verdad.
Esta, irónicamente, no es una verdad absoluta e inalcanzable, sino una aproximación honesta a la realidad, libre de los peligrosos autoengaños y sesgos personales.
Esta búsqueda está intrínsecamente ligada a la mejora personal. Al esforzarme por pensar con mayor claridad y actuar con mayor coherencia, inevitablemente me he vuelto una persona más íntegra y consciente.
Ahora mejoro como individuo porque la filosofía me exige ser mejor versión de mí misma.

Para finalizar, y quizás lo más crucial, la filosofía me ha proporcionado las herramientas para conocerme a mí misma. A través de la introspección que fomenta, he podido identificar con mayor precisión mis posibilidades y, también, mis limitaciones.
Este autoconocimiento no es un ejercicio de narcisismo, sino una necesidad práctica. Solo al saber quién soy realmente, con mis fortalezas y debilidades, puedo situarme en el lugar que ocupo en el mundo y habitarlo de manera plena y significativa.

El concepto que tengo de mí misma determina cómo me relaciono con los demás, cómo abordo mis proyectos y cómo enfrento los desafíos.
La filosofía me ha ayudado a construir una identidad sólida y un sentido de propósito, dándome la lucidez para entender mi lugar en el mundo y la valentía para ocuparlo.
Sin ella, mi vida sería una reacción a los estímulos externos; con ella, es una construcción de hechos razonados con los que labro mi destino.